Desde horas tempranas empezaron a copar lugares, armando carpas y cercando sus espacios, complicando la tarea de los cortadores de césped y de los limpiadores.
Tengamos en cuenta que la costumbre Católica de los 8 de Diciembre es celebrar el Día de la Virgen, éste mismo día los devotos Umbandistas en grupos de cada templo, copan la costanera y pasan todo el día realizando ritos y entregando ofrendas que luego se meten al río a entregarlas, y lo más lejos posible.
Lo preocupante es que seguimos en pandemia y por más que estemos al aire libre el distanciamiento social sigue vigente, debemos recordar que el año pasado no se permitió realizar ningún acto. Por otro lado el resguardo y cuidado de nuestro espacio verde tiembla, a pesar de los anuncios de prohibido acampar, arrojar basura fuera de los cestos y de hacer fuego.
A este conjunto de cosas debemos agregarle que no están los preparativos que se vieron años anteriores, no hay baños químicos (algo muy importante teniendo en cuenta la gran cantidad de familias completas que vienen para ésta fecha), no está el resguardo de parte de la municipalidad ni de las fuerzas del orden. Tristemente me trae recuerdos de hace muchos años atrás.
La libertad de culto es fundamental en una sociedad multicultural como la nuestra, pero poco tiene que ver el culto con los antecedentes de caos que ya hemos padecido los vecinos.
